RADIO JAZZNOEND: DÉCIMO ANIVERSARIO


    Un fin de semana cualquiera del año 1996. En la madrugada de un sábado, dos amigos, contemplan desde los ventanales de un piso en la avenida de Aragón de la ciudad de Valencia, el ir y venir de vehículos que atraviesan el puente que salva el antiguo cauce del rio Turia. Desde la altura, todas esas vidas individuales, todos los temores, las ilusiones, el amor o el desengaño de esos cientos de personas, se transforma en seductor paisaje urbano, nocturno, de luces rojas y amarillas, de destellos y velocidad.

    El alcohol se desliza lento y cálido por nuestras gargantas y hace su trabajo, nos lleva a los viejos lugares comunes, las mismas anécdotas, y recuerdos y, por supuesto, nos conduce inexorablemente al jazz y de nuevo hablamos con entusiasmo de aquella vieja balada de Chet Baker o el último disco de Stan Getz, toda esa música eterna, una pasión que hace años forjó nuestra amistad.

    Y como siempre, ahí están también los sueños irrealizables, tal vez regentar un club de jazz como nuestro añorado Perdido, en el que años atrás habían transcurrido muchas noches de nuestra juventud, o, por qué no, abrir una tienda de discos. Todo parecía posible, porque la bruma alcohólica, la noche, todo nos unía a aquel torrente de vehículos que más abajo atravesaba el puente y nos llevaba a un efímero universo.


    Y entre tanta quimera surgió una idea realizable. Por qué no compartir nuestros gustos con los aficionados del mundo entero a través de esa nueva herramienta llamada internet. Porque en el año 1996, internet era ya una herramienta consolidada y disponible en algunos hogares, pero las conexiones de entonces, a través de modem, nos parecen hoy prehistóricas y el número de páginas, servicios y herramientas, nada tenían que ver con las de la actualidad. La ingenuidad y la ilusión todavía tenían un lugar en ese nuevo ámbito que, a un ritmo exponencial, se abría paso ante los extasiados ojos de la humanidad.

    Pero tal vez fue, precisamente, la novedad de aquella tecnología, la candorosa ilusión de mostrar nuestra pasión musical hasta en los mas remotos confines de la tierra, lo que nos llevó aquella noche a concebir lo que acordamos en bautizar como Jazznoend. Su nombre surgió espontáneo como un homenaje al álbum Sax No End de nuestra venerada Kenny Clarke-Francy Boland Big Band, esa tremenda banda, que hizo temblar hasta los cimientos, los clubes de media Europa en los años sesenta y setenta del pasado siglo.


    Sentadas las bases de aquel “formidable” proyecto, en los días sucesivos nos pusimos manos a la obra. De las más primitivas herramientas de edición y diseño, surgió una página web, cuya apariencia, hoy causaría sonrojo y bien podría figurar en algún museo de abominaciones internaúticas. Un alojamiento gratuito en la web de Geocities, nos puso finalmente en órbita, aunque nos obligó durante algún tiempo a mantener una dirección web de longitud imposible.

    Pero la ilusión lo puede todo y poco a poco, fuimos poblando aquel vasto espacio vacío, con reseñas y fotografías. Nada de multimedia, en aquella época era todavía un sueño. A diario contemplábamos el contador de visitas, maravillados de que algún individuo de lejanos lugares, perdiera algunos minutos de su vida, leyendo nuestras reseñas y artículos.

    Desde el principio nuestro proyecto se vio lastrado, no sólo por las perentorias exigencias de nuestras vidas familiares y laborales, sino también por nuestras nulas aptitudes para el diseño y nuestra proverbial pereza.

    Nuestro proyecto, que nacía también para reivindicar las figuras malditas del jazz, aquellos héroes no cantados, los injustamente olvidados, que siempre nos habían fascinado, parecía condenado a sufrir, a su vez, ese trágico destino.


    Pero la escasa proyección de nuestra web o el menguante número de visitas, nunca supuso para nosotros una contrariedad.

    Pasado algún tiempo reclutamos para nuestro proyecto a nuestro amigo Antonio Borrero que se volcó en cuerpo y alma en los aspectos más líricos y emocionales del jazz ,con artículos y reseñas que rebosan vehemencia y un irracional amor por la música.

 
    Así, con el paso de los años y tras algunos desacertados cambios en el diseño de nuestra web, decidimos convertir nuestra página en un blog, en el que hemos ido volcando algunos de nuestros antiguos artículos y que hemos enriquecido con muchos nuevos. Y por fin, en el año 2014, el continuo avance la tecnología hizo realidad la vieja aspiración de tener nuestro propio programa de radio. 

    En aquel año, nacía Radio Jazznoend, nuestro proyecto más querido, que este mes de septiembre de 2024, cumple su décimo aniversario, que celebramos en este nuevo podcast, con una larga charla sobre nosotros, sobre nuestra historia y nuestra forma de ver y sentir el jazz, como un homenaje a este humilde proyecto, acompañados desde luego con algo del mejor jazz de la red y con la presencia de nuestros más queridos colaboradores, Antonio Borrero, nuestro maestro y experto en temas baladísticos y Mariano Moreno que a lo largo de los años, nos ha regalado algunas de sus más sentidas piezas poéticas para protagonizar esa conmovedora serie de programas bautizados como la Poesía del Jazz.

    Pero, este nuevo programa está dedicado también a vosotros, nuestros amigos y fieles oyentes que sois la única justificación, el alfa y el omega de Radio Jazznoend, en este nuestro incansable viaje por los más recónditos y seductores rincones de la gran era jazzística, en el que esperamos seguir contando, en el futuro, con vuestra grata e imprescindible compañía.

    Lorenzo Orriols y Enrique de Ramón.


Comentarios

  1. Gracias 😊. Vuestro programa es de lo mejor que he escuchado nunca. Y vuestro guión , impresionante. Pedagogía pura

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  2. Y un detalle, os sugiero que sumergiros en el jazz cubano.😃

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